Como pasaban los días, me di cuenta de que todo lo que había imaginado sobre la Argentina fue mejor y mejor. Mientras que en Buenos Aires, tomamos agradables paseos en bicicleta, había pic-nics en hermosos parques, visitó museos y el Teatro Colón, fue a excelentes restaurantes, disfrutaron de fiestas privadas en enormes terrazas de madera con vistas al río ... se fue al barrio de Palermo y compras hasta que cayó. También tuvimos la oportunidad de conocer a varios locales de que hemos aprendido mucho sobre Argentina: es altibajos, la complejidad de la crisis política y económica, la gente del `s de la nostalgia de tiempos pasados mejores, etc También nos dimos cuenta que a pesar de numerosas adversidades este país ha enfrentado, la calidad de vida aquí es inigualable. Toda persona tiene derecho a la educación-wether se lo pueden permitir o no --- hospitales son, literalmente, libre, para aquellos que son menos afortunados, y en tiempos difíciles, hay un sentido genuino de la solidaridad entre los argentinos.
Nuestros días en Buenos Aires fueron sólo el comienzo. Más temprano que tarde nuestros nuevos amigos en Curiocity (más de hosts) nos enviaron a la Patagonia. A medida que se nos conduce a nuestro hotel en Villa La Angostura, yo no podía ayudar a `t pero la vida dando las gracias por las maravillas de la naturaleza. carreteras sinuosas junto a lagos de aguas cristalinas, la nieve punta de los volcanes y una moto de color azul-amarillo, fueron los complementos de este escenario no-des-cribable. Muchas veces le pedí al conductor que pare, para que yo pudiera tomar una foto o dos, pero la vista desde el lente era tan pequeña en relación con la magnificencia del paisaje, que he decidido no tomar la fotografía en algunas ocasiones, por lo que que no iba a limitar la magnitud de lo real en una plaza limitada. Eso sólo le pasó a mi una vez en mi vida, en mi viaje a México (en las ruinas de Palenque).
Todos los días en la Patagonia era como un sueño. Hicimos el trekking en el único "Bosque de Arrayanes, rafting (nivel tres), que montaba a caballo bajo la luna llena, había picnics junto al río, navegando en los lagos extensa rodeada por la cordillera de los Andes. Por las noches we'de regresar a nuestro hotel, relajarse, leer un libro y tomar un baño en la piscina climatizada o un masaje relajante. Nos levantamos temprano, desayunamos con un punto de vista, y comenzó el sueño de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario